Sinopsis:
Con la frontera nace un instinto: el de cruzarla. Nacer es cruzar una frontera, la de cuerpo que te pare. Del útero al mundo. Del país del útero al país del mundo. «Parto» se llama el viaje que te lleva. Qué frontera cruzamos al morir, no lo sé. Tal vez la frontera de la muerte no es del muerto, es de los que pasan de haberlo tenido a perderlo.
En treinta años de periodismo escrito, crucé más fronteras de las que tengo
contadas. En treinta años de periodismo escrito, también retraté a otra gente que debió cruzar las suyas.
Fronteras propias, fronteras ajenas. En definitiva, una frontera es una traza que,
donde había un plano, un espacio, produce dos. Y, como escribe Marechal, con el dos nace la pena